¡Hola a todos/as!
Durante esta semana hemos tenido la suerte de hacer una excursión al aire libre. Aprendimos un montón de cosas de una de las Sierras más cercanas a nuestro pueblo, la Sierra de Huétor.
Este recorrido tiene una longitud de 1,8km y se realiza en aproximadamente 40 minutos. La dificultad es baja y casi todo es un camino recto y sin mucha pendiente.
No obstante, al llegar al final del camino nos sorprendieron unos restos de trincheras de la Guerra Civil de la Compañía de los Zapadores. Aquí, al parecer, se resguardaban y luchaban para defender a la ciudad de Granada del acceso por el río Darro.
Durante el trayecto, aprendimos sobre algunos objetos que se utilizaban en la sierra en la antigüedad, como el alambique para extraer los aceites esenciales de las plantas aromáticas.
También exploramos el entorno y tomamos notas de lo que nos llamaba la atención: del suelo, los árboles, los arbustos...
En un momento de la expedición, paramos a recolectar hojitas de romero para hacer nuestro propio alcohol de romero: un ungüento que, para uso externo (nada de heridas ni quemaduras), sirve como activador de la circulación sanguínea, relajante muscular, contra la celulitis, contra gripes y resfriados (en el pecho y espalda) (fuente de la información)...
También fuimos completando un cuadernito que nos dieron en el que pegamos hojas de algunas de las plantas que nos encontramos como la lavanda, la salvia, el romero, la aulaga...
La mayor decepción que nos llevamos fue no poder ver ningún animal. En la sierra habitan cabras montesas, gatos monteses, comadrejas, jabalíes, águilas reales... Sin embargo, no nos fuimos de vacío, porque con un poco de orientación de las monitoras fuimos capaces de observar algunos indicios de fauna: piñas roídas, caquitas, árboles tumbados, plumas...
Por supuesto, siempre respetamos todas las normas de comportamiento en la naturaleza, llevamos una bolsita para echar la basura, no pisamos las plantas, no nos salimos de los senderos...
El Parque Natural de la Sierra de Huétor es un conjunto de sierras donde encontramos barrancos, arroyos, manantiales, rocas calizas, encinares, pinares... Un verdadero paraíso a escasos 20 km de Granada capital. Por este motivo, qué mejor entorno para pasar una perfecta jornada de primavera junto a nuestros/as compañeros/as y hacer algo de deporte a la par que aprendemos tanto de nuestro entorno como de nuestra historia.
Las monitoras y monitores del grupo Ciempiés nos han llevado a explorar la senda del Cerro del Maúllo. Este sendero tiene unas vistas impresionantes y nos detuvimos en varias partes para admirar la belleza del entorno, así como algunos de sus habitantes más repugnantes.
Este recorrido tiene una longitud de 1,8km y se realiza en aproximadamente 40 minutos. La dificultad es baja y casi todo es un camino recto y sin mucha pendiente.
No obstante, al llegar al final del camino nos sorprendieron unos restos de trincheras de la Guerra Civil de la Compañía de los Zapadores. Aquí, al parecer, se resguardaban y luchaban para defender a la ciudad de Granada del acceso por el río Darro.
Durante el trayecto, aprendimos sobre algunos objetos que se utilizaban en la sierra en la antigüedad, como el alambique para extraer los aceites esenciales de las plantas aromáticas.
También exploramos el entorno y tomamos notas de lo que nos llamaba la atención: del suelo, los árboles, los arbustos...
En un momento de la expedición, paramos a recolectar hojitas de romero para hacer nuestro propio alcohol de romero: un ungüento que, para uso externo (nada de heridas ni quemaduras), sirve como activador de la circulación sanguínea, relajante muscular, contra la celulitis, contra gripes y resfriados (en el pecho y espalda) (fuente de la información)...
También fuimos completando un cuadernito que nos dieron en el que pegamos hojas de algunas de las plantas que nos encontramos como la lavanda, la salvia, el romero, la aulaga...
La mayor decepción que nos llevamos fue no poder ver ningún animal. En la sierra habitan cabras montesas, gatos monteses, comadrejas, jabalíes, águilas reales... Sin embargo, no nos fuimos de vacío, porque con un poco de orientación de las monitoras fuimos capaces de observar algunos indicios de fauna: piñas roídas, caquitas, árboles tumbados, plumas...
Por supuesto, siempre respetamos todas las normas de comportamiento en la naturaleza, llevamos una bolsita para echar la basura, no pisamos las plantas, no nos salimos de los senderos...
Finalmente, no podemos olvidar a las grandes protagonistas de nuestra visita a la Sierra: descubrimiento para algunos/as y pesadilla para los/as que ya las conocíamos... ¡¡LA PROCESIONARIA!! Qué horror, qué terror, ¡qué miedito y qué picor!
¡Eso sí, lo pasamos requetegenial! ¡Qué bien se está en la naturaleza!
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