Había una vez, un quinto
que cantaba siempre con amor.
Sin ganas de estudiar ni de trabajar,
sembrando la alegría con humor.
Había una vez, un quinto
que cantaba siempre con amor,
Con ganas de jugar y de disfrutar
el quinto alborotaba ¡que horror!
Siempre mandar,
siempre gritar,
pasen a ver el quinto,
muy cariñoso y perezoso,
pasen a ver el quinto
ya la maestra no puede más
pasen a ver el quinto
Somos felices de conseguir,
a un profe hacer reír.
Había una vez, un quinto
que alegraba siempre el corazón
que alegraba siempre el corazón
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